Siempre me llamaron la atención las viejas construcciones.
Las fantasmagóricas apariencias de las viejas mansiones, que antaño, reinaban
en Quequen y Necochea, llaman mi atención siempre, haciendo volar mi imaginación
hacia quienes las habitaron en otras épocas y haciéndome pensar en quienes las
habitan hoy.
Majestuosas obras de arquitectura, estas casonas llevan en
sus muros las firmas de afamados profesionales, algunos extranjeros, lo que demuestra que estas costas, eran destino veraniego principal de las familias de “rancia” alcurnia de
los años 20 en adelante. Sus techos
inalcanzables, sus altos marcos y largas ventanas me hacían pensar de chico,
que la gente que vivía en esos tiempos eran titanes.
Desde esa niñez de imaginación de alta definición a hoy, ha pasado mucha agua bajo el puente, pero la admiración por las viejas construcciones
perdura, aun mas que algunas de esas obras de arquitectura que van
cayendo, una a una, bajo la piqueta y la maza, sin control, sin lástima y con muy
pocos dando pelea por semejantes gigantes inmoviles.
La Juanita, la perdida emblemática de la ciudad, la vieja peluquería
de 66 y 55, la loneria de 14 y 61, son solo algunos ejemplos (los conocidos y vistos por mi) de cómo mazaso
a mazaso se va perdiendo la identidad histórica de nuestra ciudad. Sin medidas
de contención económica por parte del gobierno para quienes son propietarios de
esas joyas, no habrá esperanzas para los tesoros arquitectónicos que nos
quedan. Porque si es solo por la parte neta y fríamente económica, estamos
jodidos. Hoy (y ayer) fueron las que nombre, pero ¿que pasará, si de repente
lugares como el Hotel Marino o el Bar Rex
dejan de ser negocio para sus dueños y deciden deshacerse (con toda razón)
de ellos? ¿Dejaremos que los dólares compren
esos lugares, para terminar siendo demolidos o “modenirestaurados”? Y en los
casos que no sean “figuras” tan publicas como el Marino o el Rex ¿Qué sucederá?
Piensen en las pocas casonas altas que quedan en Quequen, ya bastante
castigadas por el paso del tiempo y varios temporales ¿Quién defenderá la no demolición
en caso de suceder lo peor?
Un arquitecto, un maestro mayor de obras, debe manejar frios
números y dibujos, pero hay algunos quijotescos, que le ponen un poco de calor
humano a esas frialdades por estos barrios: Jose Luis Gentili y Maria Elena
Mendez, dos profesionales que sufren terriblemente cuando se tiene una baja en
el casco histórico (si queda algo que se pueda llamar asi en nuestro núcleo
urbano), también se esfuerza la
Asociacion Patrimonio Necochea para
ellos mi reconocimiento y admiración.
Estaria bueno, que en estos tiempos de elecciones, los
candidatos contaran si tienen alguna propuesta seria para este tema, que es una
deuda que hace rato debió ser saldada.
Nota: Todas las construcciones de las imagenes ya no estan entre nosotros.
Ricardo Tellechea
1 comentario:
Gracias por el comentario, es muy bueno que todos se enteren, hay que mirar y opinar, la ciudad necesita que la miremos, patrimonionecochea2011.blogspot.com
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